domingo, 25 de abril de 2010

“Intervención psicosocial y apoyo emocional, para funcionarios del servicio de salud público de las zonas más afectadas por el terremoto y maremoto"

Desde sus inicios, la misión institucional del Instituto Chileno de Terapia Familiar ha estado vinculada con poner al servicio de la comunidad la especificidad del modelo sistémico para el trabajo con familias, parejas y equipos de intervención psicosocial. Desde que en 2006 nuestro Proyecto Psicosocial fue reconocido con el “Sello Bicentenario”, renovamos con mucha fuerza ese espíritu.

En este contexto, el IChTF decidió aceptar la invitación hecha en Marzo por el Ministerio de Salud para participar en este programa que, además permitía canalizar el deseo de nuestros miembros de contribuir desde el rol profesional a la reconstrucción emocional de la población de nuestro país que ha sido más afectada por el terremoto y sus consecuencias.

Conscientes de que el programa propuesto por el MINSAL tiene un alcance limitado, y que es una intervención breve y acotada que responde las necesidades de esta del proceso de reconstrucción, diseñamos un taller que nos permitiera contribuir a “dar un respiro” a los equipos que trabajan en la séptima región de nuestro país.

La puesta en marcha del plan de intervención, que contempla la participación de otras instituciones en las regiones sexta y octava a cargo de los talleres, ha sido compleja, pues el contexto para su implementación, en medio del proceso de instalación de las nuevas autoridades de gobierno y de recuperación del orden mínimo en las regiones para poder funcionar, ha requerido de esfuerzos de coordinación y organización que resultan extraordinariamente exigentes. Tanto quienes han sido directamente afectados por el terremoto y maremoto, como los equipos de apoyo y las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, han debido usar los recursos propios y de la comunidad al límite.

A pesar de estas dificultades, estamos contentos pues, el esfuerzo ha rendido frutos y hoy hay instituciones desplegadas en cada una de estas regiones realizando los talleres. Nuestro Instituto ha coordinado los esfuerzos con el Servicio de Salud del Maule, de modo que atenderemos a los funcionarios del Servicio de Salud en localidades como Teno, Cauquenes, Talca, Linares, Curicó y Constitución. Esta semana continuaremos con los talleres ya iniciados hace algunos días en la ciudad de Talca y durante todo el mes de Mayo seguiremos en esta tarea.

En este espacio queremos compartir algunas de las ideas fuerza que guían el trabajo que hacemos en estos talleres, pensando en que pudiesen aportar a la reflexión de otros profesionales de los tantos equipos que se han desplegado y lo seguirán haciendo en las zonas que seguirán requiriendo apoyo por muchísimo tiempo más.

  • Los funcionarios de los servicios de salud deben enfrentar y contener las demandas de los usuarios, independientemente de la situación personal en la que se encuentren. Muchos funcionarios son, a la vez, víctimas de la catástrofe. El abordaje en el taller se hará en función del rol y las implicancias que ha tenido para ellos desempeñarlo en condiciones extremas. Sin embargo, se considerarán los aspectos personales de ellos que van más allá del rol y que surjan como relevantes en la medida que se vinculen de algún modo a las dificultades con el rol en esta etapa.
  • Aún cuando la intervención es muy acotada, la realización de estos talleres permite a los funcionarios de los diferentes servicios de salud sentirse a sí mismos y al contexto en que viven y trabajan, reconocidos. El fantasma del olvido tras la emergencia y el progresivo retorno a la normalidad de las otras zonas del país, los amenazan con la invisibilidad y desde ahí, con la retraumatización y la cronicidad.

  • Compartir en espacios solidarios permite alivio. No se borra lo traumático, pero se puede generar sentimientos colectivos que permitan que la experiencia se pueda ir elaborando progresivamente.
  • La elaboración entre pares es un contexto privilegiado para la elaboración emocional y el avance en la integración de la experiencia a la vida de un modo no desorganizador.
  • La participación en este taller no significa que vayan a elaborar por completo lo vivido, porque la situación traumática es una situación presente y no ha habido tiempo para que el proceso de elaboración avance suficientemente. El concepto de “post-traumático”, no aplica a la realidad en que están viviendo y trabajando los profesionales, pues mientras las condiciones vigentes constituyan una amenaza para la salud física y emocional de las personas, no puede ser “post”.
  • Es esperable que la mayoría de los participantes hayan hablado antes de lo que les pasó y vivieron durante y después del terremoto, sin embargo el contexto define una situación nueva, por lo que el taller debe ser un contexto que no sólo permita una catarsis, sino que promueva la capacidad de autocontención y contención grupal a partir de compartir guiadamente la experiencia emocional. El taller es una experiencia acotada, respetuosa de las posibilidades de cada participante de exponerse grupalmente, y con entrega de alguna información concreta básica que les ayude a hacer distinciones respecto de lo que es parte del proceso de vivir en condiciones límites de manera sostenida y sin salida de aquello que constituyen factores de riesgo y vulnerabilidades que predisponen a enfermar.

  • El modelo del taller se basa en dos ejes centrales:

    a. La contención emocional a los equipos. Tiene como foco central la normalización de aquellas conductas y síntomas desplegados desde el terremoto y maremoto hasta la actualidad. Esto es, ayudarlos a contextualizar sus conductas y síntomas de modo que disminuyan las atribuciones que merman la autoimagen e interfieren en las relaciones interpersonales.

    b. La visualización de los recursos personales y colectivos surgidos a partir de la catástrofe.
    El trabajo con los recursos considera la identificación de aspectos personales y de los equipos que les han sido útiles para enfrentar y resolver las diferentes dificultades que han vivido en este tiempo.

  • Compartir las estrategias que les han sido útiles potencian el propio bagaje de herramientas y multiplican el repertorio disponible. Del mismo modo, aportar a otros con aquello que les ha sido útil contribuye a fortalecer la autoestima y permite otorgar algún sentido a lo vivido.

  • Se espera que el taller contribuya a instalar en los grupos la capacidad de replicar espacios similares que permitan dar alguna continuidad a la experiencia de compartir y avanzar progresivamente en la superación de las secuelas emocionales y relacionales de la catástrofe. Para que ellos puedan generar espacios en que puedan replicar lo realizado, se necesitan facilitadores internos que sean capaces de conducir el proceso grupal.

    Esperamos que esta iniciativa sea el comienzo de un programa de intervención sostenido en el tiempo, en el entendido que los funcionarios de salud continuarán expuestos por tiempo indeterminado a trabajar en contextos que constituyen en sí mismos factores de riesgo para su salud mental y física.

    Agradecemos que el MINSAL nos haya considerado para participar de este proyecto ,que ya ha significado una experiencia institucional de cuerpo y de solidaridad imborrable.

    Encargadas del proyecto MISAL-ICHTF:

    Dra. Evelyn Betancourt M.
    Directora Departamento Clínico IChTF

    Ps. Claudia Cáceres P.
    Vicepresidenta IChTF


(Imágenes del Hospital de Talca y Cauquenes)

viernes, 2 de abril de 2010

Lo bueno de la malo: Reflexiones desde el otro lado de la cordillera.

Hace un mes ya de la catástrofe generada por el terremoto en Chile, que afectara a miles de personas directa e indirectamente entre las cuales se hayan mis amigos y colegas queridos, lo cual me afectó y afecta por mi condición humana y por los lazos de amor establecidos.

Ante el pedido de Claudia Cáceres de expresar algunas ideas que pudieran ser de utilidad para los terapeutas que se encuentran lidiando con lo que este roce de placas dejó como consecuencia, en el psiquismo y el corazón de nuestros consultantes y en el nuestro propio , trataré de compartir algunas reflexiones.

¿Cómo podría intervenir yo frente a tanta conmoción estando desde el otro lado de la cordillera cuando los que están en las trincheras, y comprenden mejor son ellos, mis hermanos colegas chilenos, que podría entonces aportar yo?

Y pensé que cuando estamos detrás de la cámara Gesell trabajando con los pacientes ,el equipo y nuestros supervisandos, corremos con la ventaja de estar ahí, siendo parte del sistema pero con la suficiente distancia instrumental, gracias a ese vidrio casi invisible que nos permite reflexionar, sentirnos involucrados pero sin dejarnos involucrar, para así realizar una mejor intervención.

Esta idea me sirve como metáfora para permitirme humildemente pensar junto a ustedes y transmitirles lo que me dicen los ruiditos de mi panza con la suficiente distancia que me presta la cordillera para poder reflexionar ante todo lo sucedido y con la suficiente objetividad entre paréntesis, como diría Maturana, para sentirme parte.

Y esa es la cuestión que querría salvar aquí. Cómo los terapeutas nos podemos sentir útiles trabajando con aquellos consultantes afectados de una u otra manera por el terremoto, cuando nosotros como caja de resonancia somos afectados igualmente por ello?

La respuesta está en nosotros, en nuestro corazón, y en nuestras tripas. Nuestra brújula para no perdernos son los ruiditos de la panza.Si yo le preguntase en este momento a alguno de ustedes si su tripa hablase, ¿qué me diría ? ¿Qué creen ustedes que pasaría?

Cómo trabajar con la Persona del Terapeuta para poder intervenir en situaciones de devastación,es la llave para un mejor acercamiento a nuestros consultantes. Pues hay algo que tenemos en común pacientes y terapeutas y es nuestra cualidad y calidad humana, y es desde ahí que el proceso terapéutico tiene lugar, la relación que se establece de persona a persona, ese es el faro de nuestra conexión.¿Cómo me afecta a mí esto que sucede y qué me ha sucedido como persona y como terapeuta ?

Tener en claro nuestros sentires, nuestros miedos, nuestras fortalezas e inseguridades para poder intervenir terapéuticamente ,es una oportunidad.Y no, porque debamos ayudar diciendo una genialidad, si no porque es nuestra naturaleza humana la que nos va a orientar poniendo la lupa primero sobre nosotros mismos, haciéndonos las mismas preguntas que luego querríamos hacerles a nuestros pacientes, contribuyendo asi a forjar un camino de empatia con ellos.

Ej:
-Don Pedro, ¿qué le gustaría que le pregunte acerca de toda la experiencia que usted ha atravesado?
-¿Qué le gustaría contarme acerca de lo que más lo conmovió?
-¿Acerca de lo que más lo asustó?
-¿Qué descubrió acerca de ud mismo que antes desconocía?
-¿Cuáles diría fueron sus mayores recursos?, ¿Cuáles sus mayores dificultades?
-¿Qué me podría decir acerca de lo bueno de lo malo que le dejó pasar por esta situación catastrófica ?, ¿Y a su familia?
-Si ud tuviera que aconsejar a alguien en su misma situación, ¿que le diría?
Y, como estas preguntas...... cada uno de uds. puede generar muchas más.

Para poder escribir estas líneas tuve que profundizar en mi, y no descalificar lo que pudiere hacer por ustedes, aunque estuviese lejos del frente de batalla. Espero que para ustedes terapeutas, sea igual, pues siempre que tengamos las ganas de colaborar vamos a encontrar una diferencia que genera una diferencia si queremos poner el foco en la solución y no en el problema, en como transformar las dificultades en recursos, en lo Bueno de lo Malo.

cariñosamente
Arielle Cotton
Psicóloga, Terapeuta de Familias y Parejas
Buenos Aires, Argentina