domingo, 21 de marzo de 2010


El Epicentro del Terremoto bajo el mismo techo:
¿Qué ha pasado con las familias?

Ya casi vamos a cumplir un mes del desastre telúrico, marítimo y social. ¿Qué ha pasado con las personas, familias y comunidades? A mi parecer ha habido una desregulación en todos los niveles: desde el individuo (con su propia organización de la experiencia) hasta la organización social mayor (país Chile y sus complejidades) , pasando por las unidades sociales más pequeñas (familia).

Han ocurrido tantas cosas en este último mes post terremoto: diálogos de solidaridad, la desesperación casi compulsiva por ayudar , el aumento de polarización social, la emergencia rabiosa de descontento, la conducta critica aumentada, la necesidad de encontrar culpables, la aparición de zonas de anarquía social , las respuestas sociales disociadas (robar electrodomésticos para sobrevivir), la emergencia brutal de conflictos antes cubiertos por un delicado equilibrio, los medios de comunicación que venden sufrimiento retraumatizando una y otra vez con las imágenes, la fuerte necesidad de ver la televisión y noticias, la hiperalerta social e individual, la desesperación de las madres por sus hijos... la vulnerabilidad global sin distingos de clase o grupo, el aumento de las respuestas impulsivas, la necesidad de escribir en facebook o twitter, en fin, tanto tanto.


Me ha sorprendido la cantidad tan variada de respuestas (individuales y colectivas) a los traumáticos acontecimientos post terremoto 2010. Muchos de nosotros tenemos la fortuna de haber quedado liberados, por ahora, de dar la lucha por la sobrevivencia. No se nos ha caído el hogar en que vivimos, ni hemos tenido el sufrimiento o la perdida de seres queridos cercanos, consecuencia del sismo y su devenir.


Sin embargo, terapeutas que somos, vivimos el trauma con nuestro propio epicentro, compartimos la experiencia terrible del terremoto, en mas o en menos. La mayoría de nosotros estuvo en un lugar de Chile en que el piso se movió de esta manera extrema o vivió sus consecuencias sociales posteriores, o simplemente vio la televisión con sus impactantes imágenes de la tragedia de otros chilenos parecidos a nosotros… y que estaban donde alguna vez estuvimos.


Ahora ya no somos los terapeutas que estamos ayudando a otro que nos relatan una experiencia que nos resuena. En este caso estamos compartiendo una experiencia colectiva, que nos resuena en escala Richter.


Es casi un tema obligado de retomar en cualquier sesión terapéutica: hacer el joint a través de lo vivido en el terremoto y –de gran importancia- como se ha ido recuperando y elaborando el daño… o que es lo que no se ha podido ir recuperando-elaborando.


Volviendo al foco de las familias, ¿Cuales son preguntas útiles, para los diálogos terapéuticos con las familias? Pensé en este grupo de preguntas simples, que consideré pertinentes de tener en cuenta y que incluso son útiles para responder a nosotros mismos:
1. ¿Cómo cambiaron (el terremoto y sus consecuencias), los problemas familiares que estaban en desarrollo en ese momento?
2. ¿Qué novedad se introdujo respecto de la visión que tenían de otros miembros de la familia? ¿Hicieron lo que se esperaba que hicieran o hicieron otra cosa?
3. ¿Qué les está enseñando esta experiencia de crisis?
4. ¿Cómo sería la familia en el futuro, si es que aprovecha esta experiencia, para ser una mejor familia?
5. ¿Qué fue lo que dijo (o hizo) algún miembro de la familia que le resulto útil o tranquilizador?
6. ¿Qué miembro de la familia fue el que le dio más confianza de estar haciendo lo correcto?
7. Y finalmente ¿Cómo se han recuperado anteriormente de otras experiencias difíciles? o ¿Qué les ha impedido recuperarse de ellas?


Estas preguntas abren diálogos de posibles recursos o cambios en las reglas: los fuertes quizás pudieron mostrar su vulnerabilidad y permitieron ser ayudados. Los mas periféricos tal vez tuvieron nuevos desempeños de apoyo a otros y tomaron mayor protagonismo, o los conflictos existentes se les pudo colocar en un lugar más periférico… o lo contrario, aquello que se mantenía a un lado, adquiere relevancia central.


Y finalmente estas preguntas pueden ser útiles para poder ayudar a las familias a que puedan sobrevivir a esta experiencia, resignificarla y salir fortalecidas de ella.


Dr. Rodrigo Rivera G.

Miembro y docente el IChTF

6 comentarios:

PRANAS. Caro e Ítalo dijo...

Estimado Rodrigo

Quiero comentar de manera breve y siguiendo los supuestos narrativos una de las cosas que más me resonaron al leer tu texto.

Me parece interesante cuando comentas: "Ahora ya no somos los terapeutas que estamos ayudando a otro que nos relatan una experiencia que nos resuena. En este caso estamos compartiendo una experiencia colectiva." Uno de los principios del trabajo narrativo comunitario es: "toda persona que nos presenta un problema individual, es representante de un problema social". Cuando uno lo puede ver de ese modo, el terremoto o cualquier otro problema, nos damos cuenta de que siempre somos parte del contexto y la historia del problema, al sostener relaciones de poder, invisibilizar respuestas de sobrevivencia de las personas, etc. Apoyándose en esta idea, creo que sería importante redactar preguntas que abran a la reflexión colectiva. Me imagino que cuando se habla de familias, no se las puede universalizar, claramente hay familias mucho más afectadas que otras, pueblos y comunidades más afectadas, considerando todos los criterios que esto abarca, es decir, no tan solo el daño provocado, sino también el costo de recuperar aquello que se perdió y las posibilidades de cubrir ese costo. Este estar más o menos afectados, desde mi punto de vista, es consecuencia también de un problema social. Entonces, para algún terapeuta ¿Es importante hacer un trabajo ético de visibilización de esto? ¿Es para algún terapeuta relevante mostrar la posición y el rol social de las familias -socioeconómicamente tan distintas- para generar conciencia colectiva? ¿Es importante para algún terapeuta potenciar el movimiento social de reconstrucción y justicia (equidad y mayor igualdad)?

Me parece que en Chile, distintas personas y grupos sociales, vivimos distintos "terremaremotos" y distintas consecuencias. ¿Todos tenemos responsabilidad con nuestro país y su justicia social? ¿O somos responsables solo de nuestra individualidad?.

Creo que es importante como terapeutas tener una postura clara que guíe nuestras preguntas y hacernos preguntas primero a nosotros mismos, como se está haciendo en este espacio.

Muchas gracias por tu texto, siempre es enriquecedor conversar contigo.

Ítalo Latorre

Unknown dijo...

Después de varias semanas de leer y escuchar la irrupción casi telúrica de teorías y posturas “profesionales” acerca de los aspectos psicosociales relacionados con el terremoto, créeme cuán grato es leer el profundo y sencillo artículo que escribes, en el, no hay frase alguna inspirada en egos personales ni panaceas terapéuticas tan en boga por estos días, en tus líneas esta la humildad que solo otorga el contacto con la realidad, y esa suerte de grado cero que planteas, es lo más profesional que hasta hoy sobre el caso he leído, en tu texto, no hay recetas, hay un hazte cargo, no das respuestas, planteas preguntas, en rigor, un llamado a la toma de conciencia de la propia vida y su hacer, (cuestión bastante difícil de asumir en medio de una sociedad posmoderna) por otra parte, creo que el valor de tu articulo radica en que lo escribió un ser humano sencillo por opción, que se hizo psiquiatra por formación y no tengo dudas de que el desarrollo y aplicación de lo que aquí planteas será de concreta utilidad para muchas personas dado el carácter empático que guía tu propuesta, sin embargo, muchas más seguirán esperando la pildorita mágica, y lo que es peor, siempre habrán muchos que estarán ávidos de recetarla.
Felicitaciones por tu artículo Rodrigo, lo compartiré.
Un gran abrazo.

Rodrigo Rivera dijo...

Italo. Gracias por tus comentarios. En esta loca carrera de la vida urbana, el terremoto nos ha ayudado a detenernos y mirar a nuestro alrededor y volver a hacernos preguntas fundamentales

Rodrigo Rivera dijo...

Roberto. interesante lo que dices acerca de la simplicidad. Creo que un conversacion simple, con preguntas bien llevadas son (o pueden ser) tremendamente reparadoras-sanadoras. Lo complejo es muy atractivo también, pero a veces nos extravía en el proposito. Gracias por tu comentario.

Sonia Lillo dijo...

Desde lo profundamente humano terrenal, cotidiano, y compartido ............me parece tu articulo buenisimo y práctico, creo que nos das una herramienta de unión, de compartir y de descubrir.
Gracias
Sonia

Rodrigo Rivera dijo...

Sonia. Gracias por tu comentario. La preguntas mas centrales en relacion a situaciones traumaticas con consecuencias psicologicas o medicas (Tr. de Estres Agudo o Postraumatico) se relacionan a identificar las areas que generan seguridad en la persona: especialmente vinculos seguros. Esto permite dar el espacio para que el "aparato psicologico" haga una elaboracion de la situacion estresante de una manera mejor integrada (procesamiento del trauma). Los enfoques de psicoterapia "EMDR" se basan en esta observacion. Por esto mi idea es que parte de las preguntas vayan hacia alentar estos vinculos que puede ser toda una reformulacion de las interacciones familiares. Parafraseando a otro terapeuta: la familia es "la matriz de curacion" de las personas. Usalo en tu trabajo con las personas que atiendes y me cuentas