domingo, 10 de mayo de 2020

Madres (padres) y familias suficientemente buenas.






Desde hace algunos meses cada uno de nosotros se ha visto enfrentado a una crisis que va más allá de las esperadas por la familia en el curso de su existencia, como suelen ser la llegada de los hijos, la adolescencia o la partida de ellos cuando son adultos. Esa situación inesperada ha sido la pandemia CoVID 19 que nos ha obligado a la distancia social y el confinamiento obligado o voluntario y con eso a vivir simultáneamente y en un solo lugar el rol de pareja, padres e hijos. En este contexto, el miedo, la angustia y la incertidumbre están presentes en cada miembro del grupo familiar y se pueden manifestar de diferentes maneras. En los hijos en edad preescolar probablemente surgen conductas que resultan difíciles contener, ya que el estado emocional de los padres es de alta demanada y la incertidumbre económica y sanitaria es parte del escenario de muchos. Tal vez muchas madres se han visto más exigidas en este contexto, uniendo crianza y trabajo, porque están solas o bien porque ese es el acuerdo implícito de la pareja, aunque como cultura y sociedad hemos avanzado en esta distribución de roles, aún existe la doble jornada para la mujer. Lo cierto es que el contexto actual nos obliga a lidiar de manera diferente con todo esto. ¿Cómo convertirnos en proveedores de cuidado y satisfacer las propias necesidades de cuidado? Quizá es una pregunta pertinente cuando se trata de estar a cargo de niños pequeños. Tal vez nos acercamos a una respuesta si consideramos el concepto de madre suficientemente buena (que también podemos aplicar a los padres) desarrollado por Donald Winicott, psicoanalista que ha realizado un gran aporte en la comprensión de la mente de los niños. De manera sencilla, este concepto alude al hecho de proveer a los niños de un hogar nutrido de afecto, cuidado y satisfacción de necesidades físicas y emocionales, de manera imperfecta, es decir con errores que luego se reparan y reconocen. A partir de esto, frente a la realidad en la que estamos expuestos, la flexibilidad, la necesidad de establecer lo importante para cada madre y padre y equilibrar los cuidados de otros y de sí mismos, cobran gran importancia y se relevan en el contexto. Las conversaciones pendientes, las emociones y sentimientos que se ocultaban en el quehacer cotidiano y las exigencias del entorno, hoy se hacen presentes y se reflejan en un espejo que inevitablemente nos muestra cómo estamos y lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. ¿Cómo sería si consideramos este concepto, cómo sería si logramos definir qué es lo importante para una madre/padre y los hijos en este momento, cómo sería si nos atrevemos a ser sólo madres y padres suficientemente buenos? Todas preguntas que vale la pena considerar.

Por toda la labor realizada en este período por los padres y particularmente por las madres, que estarán celebrando su día este domingo en un escenario inédito, damos un aplauso colectivo con la misma intensidad y energía de aquel aplauso que probablemente muchos, hemos dado hacia los profesionales de la salud que nos estan cuidando.

Equipo de Familia y Vínculos Tempranos

Psicólogas Sara Aberg, Ana María Olivares y Teresita Vicuña.

Instituto Chileno de Terapia Familiar.


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