jueves, 24 de diciembre de 2015

Notas de Familias y terapias 2

Que momento más  oportuno para compartir este video en que a Psicóloga Alejandra Aspillaga nos habla de la importancia de los rituales en la vida de las familias.  De cómo hacer de la cotidianidad familiar un momento especial para ir construyendo sus valores, su mística e identidad. El fin de año es un tiempo privilegiado para hacer de las rutinas de la vida diaria y de los especiales momentos que las familias viven en estas fechas, un hermoso rito que trascenderá en el tiempo y quedará en la memoria  de cada uno de sus miembros.

Con especial afecto en fin de año para ustedes y sus familias…..

Si Ud. quiere ver este video en alta definición, puede hacerlo en el link: https://www.youtube.com/watch?v=G7fLvbDLlVM


sábado, 12 de diciembre de 2015




Para entonces, ya sabía que solamente las palabras antiguas me servirían:  muerte, pena, congoja, tristeza, corazón roto. Nada modernamente evasivo ni medicalizante. La pena es una condición humana, no médica, y si bien existen pastillas que nos ayudan con ella - y todo lo demás- no hay pastillas que la curen… La pregunta acerca del suicidio llega tempranamente, también lógicamente. La mayoría de los días paso por el pedazo de pavimento al que contemplaba cuando la idea llegó a mi por primera vez. Le daré x meses, o x años (dos como máximo), y luego, si no puedo vivir sin ella, si mi vida se reduce a una continuidad pasiva, tendré que tomar acción… La lloro sin complicaciones y absolutamente. Esta es mi buena suerte y también mi mala suerte. Muy tempranamente, las palabras entraron en mi cabeza: la extraño en toda acción y en toda inacción. Era una de esas frases que me repetía a mi mismo como una confirmación de donde estaba y qué era yo. Así como, al manejar de vuelta a casa, me preparaba para regresar diciendo a viva voz: ‘Regreso sin ella y no voy hacia ella.’.” 
Julian Barnes, Niveles de Vida


Durante el mes de octubre varios profesionales del IChTF (Dra. Paulina Castro, Dr. Patricio Álvarez, Ps. Daniela Vío, Dra. Tamara Rivera y yo) fuimos invitados a participar y juntarnos para realizar una capacitación sobre suicidio adolescente que entregase una mirada sistémico-relacional para el abordaje del paciente y su familia, a funcionarios de la Municipalidad de Peñalolén que trabajan en atención primaria. Resultó ser una oportunidad de aprendizaje interesante principalmente porque el grupo de profesionales que asistieron fue muy participativo, activo, interesado y con una experiencia muy rica en el trabajo con casos difíciles. Inmersos en un contexto en ocasiones de extrema vulnerabilidad social, falta de tiempo y recursos para su abordaje, estos profesionales nos mostraron su entusiasmo y compromiso con sus usuarios de una manera cercana y cariñosa, desde la preocupación de abordar esta temática tan compleja y a la vez, próxima a su quehacer cotidiano.

La reflexión giró en torno a diversos temas, desde lo más técnico de nuestro enfoque y abordaje con familias de niños y adolescentes en situación de riesgo suicida y en contexto de patología grave, hasta el trabajo con un equipo expuesto a situaciones de crisis recurrentes y desbordantes. A lo largo de 5 jornadas, transitamos por los elementos conceptuales básicos para la comprensión del suicidio adolescente, hacia el desafío del trabajo en equipo con el desgaste emocional y el impacto personal que estos casos nos proponen. Recorrimos el camino de la comprensión de mapas relacionales de los procesos contextuales y familiares asociados al suicidio adolescente, incluyendo la complejidad del dilema de estabilidad y cambio en el escenario de ésta temática particular. Identificamos los recursos en las familias con adolescentes en riesgo suicida, las conductas de riesgo y cómo se dan en el contexto específico de vulnerabilidad y exclusión social, que tornan el abordaje más árido y difícil. Intentamos abrir la reflexión respecto del riesgo de dilución de las familias a merced de nuestras siempre buenas intenciones como profesionales, y cómo es necesario tratar de ampliar nuestra comprensión y diálogo en conjunto con otros colegas y profesionales intervinientes.  Por supuesto, incluimos la intervención en crisis y el manejo de pacientes adolescentes con conductas suicidas y sus familias, la terapia familiar y las intervenciones con familias en que hay un miembro con cuadros psiquiátricos severos, todo ello desde la diversidad y riqueza de experiencias de cada uno y sus Unidades de pertenencia en el IChTF.  Tomamos el tema del duelo por suicidio y cómo trabajar con él, sus etapas y su efecto traumático. El duelo de las familias, de los profesionales y del equipo tratante, y cómo éste o su posibilidad, nos interroga en nuestro rol terapéutico y humano en nuestro fuero más íntimo, pero también frente a nuestros colegas. Finalmente, tuvimos una jornada de autocuidado con los equipos profesionales que permitió la autoreflexión respecto de los modos de estar y operar en el mundo frente a esta temática: las inducciones y entrampes que nos pone en el camino, las múltiples posibilidades que nos ofrece el trabajo colaborativo y en red, no exento de dificultades, y los recursos propios a los que podemos echar mano cuando un caso nos desafía y angustia y, por cierto, a los que podemos acceder con el trabajo de la persona del terapeuta.

Les cuento de este espacio, nuestro recorrido por los viernes de octubre, pues dejó una huella, esperamos, en todos aquellos que participaron y aportaron a la reflexión.  Creo que puedo decir con alguna certeza que, a lo menos se abrió un espacio de diálogo, de awareness, de sensibilización y sensibilidad con respecto a un tema que resulta ser nuestra escena quizás más temida como profesionales y personas. Puedo decir también, que acompañamos a estos equipos de trabajo profundamente conectados con su comunidad, en esa reflexión, entregándoles la nuestra como una herramienta facilitadora más allá de recetas o protocolos.   

                                                                                                          Ps.  Laura Altimir



viernes, 27 de noviembre de 2015

Notas de Familias y terapias 1

Hoy damos comienzo a una nueva manera de acercarnos a los profesionales y a las personas que permanentemente nos visitan, que quieren saber cómo pensamos, qué hacemos y por qué no, obtener alguna buena idea para sus prácticas familiares y profesionales. 
Aprovecharemos esta plataforma  para  compartir reflexiones e ideas de temas importantes de la vida de las familias y las parejas, plasmando en temas concretos nuestros modos de comprender las relaciones humanas, nuestras visiones acerca del dolor y del sufrimiento, así como de los recursos y potencialidades de las familias, de los padres, madres, de la hermandad y de las dificultades y tareas propias de las diferentes etapas de la vida de las familias y la parejas.
Abordaremos los temas en un formato breve, de fácil acceso para todos. Un Click, no más de 4 minutos, y podrán quedarse con algunas ideas que pensar y otras buenas ideas para hacer. Iniciamos este proyecto  de “Notas de familias y terapias” con la Psicóloga  Paz Canales, quien se refiere a una idea central tras el Proyecto Psicosocial de nuestro Instituto: “Siempre hay Familia”y que será desarrollado ampliamente en la versión 2016 del Diplomado. http://www.terapiafamiliar.cl/web/cont_docen_2.php?cod_info=14&id=descripcion
Si Ud. quiere ver este video en alta definición, puede hacerlo en el link: https://www.youtube.com/watch?v=b8cf7yOWPYE


Que lo disfruten.!!
Equipo Extensión IChTF 


lunes, 9 de noviembre de 2015

El triunfo de la esperanza en la sinfonía familiar

                   
  Cuando me invitaron a escribir algo que se relacionara con el último seminario de divorcio preparado por el equipo USEP (Unidad de Terapia Familiar en procesos de Separación y Familias Ensambladas) del ICHTF, no pude ocultar mi entusiasmo, porque sentí que en ese encuentro aprendí cosas fundamentales para un terapeuta. La primera idea que  emergió en forma espontánea, era algo así como “El triunfo de la esperanza en la  sinfonía familiar”. El desarrollo de una orientación, un horizonte de significación,  en el que la orquesta puede seguir haciendo música, y se puede seguir versionando la vida desde ese lugar fundamental. El núcleo de afecto primario en su contexto, y cómo ello deriva cuando ocurre un quiebre doloroso como una separación o divorcio, donde “la obra” se replantea y se versiona desde otro lugar, desde un camino trasformador y posible de recorrer, donde lo sombrío y lo claro tensiona hacia una co-inspiradora situación de significación, la colaboración y la re-organización familiar.
          No es muy común transitar con una temática como la de  divorcio y familia, desarrollándola en el  abordaje de 4 preguntas fundamentales involucradas en un proceso de cambio: ¿Qué sucede?, ¿Qué se hace?, ¿Cómo se hace?,  para finalmente  llegar al ¿Qué nos  pasa? Muchas invitaciones suelen reducir estas preguntas exclusivamente al ¿para qué?, lo que no ocurrió en este caso y se agradece, porque eso permite ver cómo se puede acompañar a las personas que han quedado suspendidas en su “sinfonía familiar” por un divorcio o separación, considerando la irreductibilidad  y singularidad de sus procesos, pero sobre todo, el espacio que puede ocupar un equipo terapéutico, desde su propio sesgo, el marco comprensivo que da la mirada sistémica con una práctica consistente con ello, donde hay una historia de  reflexión, búsqueda, impasses, colaboración de equipo y sobre todo una capacidad de construir relaciones humanas capaces de sostener todo lo anterior, en situaciones tan sensibles como los divorcios destructivos. Así, por esta vuelta, uno puede volver a la pregunta del ¿para qué? desde un ángulo mucho más amplio, convincente e inspirador, para trabajar para algo que les sirva y les haga sentido a las personas que viven esta experiencia y a los terapeutas que abordamos estas problemáticas.
          Partimos en esta jornada con una actualización en el marco legal,  y la idea que me quedo de eso, es que hoy el divorcio permite orientarse hacia bienestar de los hijos, pero entendiendo que el matrimonio ya no es la única base en la que se sostiene el núcleo familiar de la sociedad, y por lo tanto, la emergencia de una perspectiva en que el quiebre matrimonial no destruye  la familia, y que en esto,  no da lo mismo como los padres se divorcian, ya que traen a la mano la constitución de vivencias en sus miembros que influyen en su desarrollo psicológico e identidad.  
          Se propone la idea de que hay una diversificación de la forma en que se está entendiendo a la familia,  porque afectan la vida íntima de la familia, “termina la pareja pero la familia continúa”.  ¿Cuál es “la música” que se viene dando en una familia que se divorcia?, ¿Cómo los procesos de autonomía  relativa entre los distintos ejes relacionales de la familia, van siendo interferidos por el conflicto post-conyugal? ¿Cómo se despliegan las fases del duelo de un divorcio en la vivencia familiar del conflicto post-conyugal?, Desarrolladas estas preguntas, avanzamos al ¿qué se hace?,  y al ¿cómo se hace? En este punto destaco el aporte del equipo para visualizar y construir un modelo que permite sostener un  foco en distintos dominios de la problemática y hacer coexistir objetivos para ello, sosteniendo un encuadre y una alianza respectiva para la particularidad de cada proceso.
Finalmente ¿Qué nos pasa?, el particular sello del ICHTF de la persona del terapeuta, que nos pasa a los que acompañamos a esta “orquesta “ a conectarse con la “música” que hacen, y la “música” que hacemos. ¿Qué nos sitúa en la vivencia del terapeuta en el trabajo con estas vivencias familiares?  La resonancia fundamental que nos conecta.  En este punto, para mí, fue fundamental poder recepcionar el trabajo de equipo, una intencionalidad biográfica a situarse desde el lugar de la persona del terapeuta y de la identidad de equipo. Para los terapeutas  como yo,  que somos de regiones, esto constituye un gran desafío y se recibe con gratitud el mensaje y la forma en que se hizo en la jornada.
           Lo anterior permite entender la cualidad de estos procesos, porque requiere de equipos atentos y conectados para llevar el tiempo de cambio que se nos solicita y que podemos ofrecer. En medio de tanta vulnerabilidad, se puede llegar a conservar la riqueza en las relaciones familiares, aunque el tiempo para ello no tenga que ver con la premura para el cambio funcionalista y efectista que a veces predomina en las expectativas de muchos terapeutas. Más bien,  permite  reivindicar lo delicado y cuidadoso, de hacer con mínimos actos, lo máximo, desde un modelo comprensivo y practicas coherentes, que sostengan el acompañamiento necesario.
Me permito con esto parafrasear al doctor Sergio Bernales,  cuando dice “que gane la tortuga”, resguardando los contexto de esta frase, creo que en lo que estoy señalando, es válido para que la sinfonía perdure y se versione, al ritmo y al tiempo que se necesite  cuando hay esperanza  y oportunidad de cambio para una familia, tras un quiebre conyugal.



Enrique Campillay Pizarro

Terapeuta de Adultos, Familias y Parejas.

martes, 13 de octubre de 2015

Seminario Ackerman “Un modelo clínico para el trabajo con Familias con niños con necesidades especiales” Judy Grossman.

















“Cada dedo de la mano es diferente. Cada uno de ellos es único y sin embargo, sólo cuando trabajan los cinco juntos logramos  hacer algo con la mano….
Cada dedo tiene un  cometido especial. 
Sin embargo el éxito es el resultado de la armonía y cooperación entre ellos”
                                             
Claudio des champs

Acabamos de tener la grata posibilidad de compartir en este nuevo Seminario Ackerman con la experimentada terapeuta Judy Grossman. Ella nos contó de su trabajo con familias con niños con algún tipo de necesidad especial (NE)
Fue muy interesante y útil para nuestro quehacer clínico;  especialmente para lo que realizamos en la Unidad de Niños y Adolescentes (UNA), el escuchar y analizar junto con ella su integración de temas como los procesos parentales, parentalidad y apego, investigación en desarrollo cerebral, resiliencia, trabajo con grupos de padres…entre otros.  Enriquece y refuerza nuestro desempeño con familias con niños, reconociendo además que muchas de estas reflexiones ya las hemos ido teniendo como grupo.
Destaco la importancia que ella le otorga a la inclusión de los niños con necesidades especiales en la terapia familiar, pero una inclusión que no es sólo una presencia física; sino una real participación en el proceso terapéutico.  Para esto y considerando las propias características de los niños con necesidades especiales, se vuelve fundamental, como lo destaca Judy;  el saber hablar con ellos,  el invitar a que emerjan sus voces y que éstas sean escuchadas.  Este desafío no es menor con niños o adolescentes a los cuales por sus propias características les puede ser más complejo mantener cierta atención, relatar experiencias, expresar emociones  o reflexionar en conjunto.
Sin embargo; Judy confía (al igual que nosotros en la UNA) en que es posible crear un sistema terapéutico donde se genere una seguridad emocional que permita conocer sus necesidades afectivas.  La pregunta fundamental es  ¿cómo participarán? y ¿qué puede hacer el terapeuta para facilitar su participación (reconociendo sus capacidades)?.  Ella propone un trabajo flexible, creativo y lúdico, donde el terapeuta debe sentirse cómodo en la utilización de distintas técnicas que faciliten este proceso.
La terapia familiar con niños con necesidades especiales pretende además desafiar el efecto estigmatizador y patologizador del diagnóstico individual, no negando  su dimensión neurobiológica;  sino más bien integrando lo que implica para el niño o adolescente esta dimensión y cómo se engarza en el mundo vincular de la familia, intentando buscar un sentido compartido. Además; estas narrativas diferentes  pueden tener ecos posteriores,  movilizando y favoreciendo la trayectoria y los procesos evolutivos.
De este modo; aparece la terapia familiar como una instancia útil y favorable para el desarrollo de los niños y adolescentes con necesidades especiales.  Se convierte en un espacio de trabajo de relación padre-hijo, donde se fortalece la resiliencia familiar.
Tuvimos la suerte de ver a Judy intervenir con una familia donde dos de los hijos presentaban algún tipo de necesidades especiales. Destacaría la sutileza y el cuidado con el que se vinculó con cada unos de los miembros, como le dio un espacio a cada uno, como trabajó con los hermanos (fortaleciendo la fratría) y especialmente el sentido de humor y cercanía con que se integró al sistema terapéutico en esa sesión.
También quisiera destacar su  trabajo con grupos de padres, los cuales se convierten en un espacio mucho más enriquecedor que los grupos de psico-educación. Ella propone un formato estructurado donde se pretende promover la reflexión personal, crear un sentido de comunidad, se normalizan temas comunes y se promueve su eficacia, entre otros objetivos. Este tipo de espacio pudiese ser de mucha utilidad para quienes trabajamos con niños, algo  todavía no suficientemente desarrollado por los terapeutas familiares.
Finalmente;  quisiera compartir mi reflexión al integrar lo vivenciado en este Seminario Ackerman y mi experiencia al trabajar el tema de inclusión de niños con necesidades especiales en el sistema educativo. Otra área importante de mi desarrollo profesional, que se complementa y potencia con mi “ser terapeuta familiar” es el ser psicóloga educacional y trabajar desde hace muchos años en un establecimiento educacional. En este rol me ha tocado coordinar el equipo PIE (Proyecto de Integración Escolar). Mientras escuchaba las reflexiones de Judy pensaba en las complejidad de este trabajo a nivel familiar;  pero también lo pensaba a un nivel mayor, a un nivel social, donde se replican muchos de los aspectos que se observan en el sistema terapéutico. Aún no contamos con un sistema educativo suficientemente inclusivo, donde se reconozcan las diferencias de los alumnos y se ofrezcan las estrategias y apoyos que requieren para acceder y progresar en su aprendizaje y su desarrollo socioemocional.
Todavía queda camino por recorrer para apoyar el desarrollo de los niños con necesidades especiales (no sólo en lo familiar)….y el aporte del trabajo de Judy nos permite avanzar en ese camino.

Cristina Vera
Psicóloga- Terapeuta familiar
Coordinadora UNA - ICHTF