lunes, 18 de octubre de 2010

Despidiendo las Quintas Jornadas Sistémicas

Hemos llegado al final del camino que iniciamos en abril de 2009. Y, hemos llegado contentos. Cansados también, pero con un cansancio que sabemos va a dar paso luego a la satisfacción de la tarea cumplida.

Hemos recibido durante estos días expresiones de reconocimiento por haber generado la posibilidad de conocer y compartir trabajos de muy buena calidad. Nosotros pensamos lo mismo. y nos alegra enormemente el nivel de todas las presentaciones.

Hemos conocido el trabajo de equipos de muy diferentes instituciones y lugares y reflexionado en torno a los temas de siempre, pero con una mirada novedosa y un espíritu creativo que nos refrescan. También hemos escuchado temas nuevos, desarrollos conceptuales que complejizan la comprensión de las familias, las parejas, las dinámicas sociales, las crisis. Hemos escuchado a terapeutas de larguísima trayectoria, que han ofrecido su experiencia versión 7.0 para abordar temáticas del siglo XXI, con la riqueza que da la sabiduría y la mirada renovada. Hemos escuchado también a profesionales jóvenes, llenos de energía y que plantean interrogantes que nutren el quehacer de los que están empezando y también de los que llevan ya tiempo en el camino. A todos ellos, muchas gracias por la generosidad de compartir y de escuchar lo que los otros hacen en sus propios ámbitos.

Estamos contentos, porque creemos que cumplimos con generar un espacio grato y de calidad para construir una gran jornada. Jornada que fue pensada de modo tal, que su resultado es una co-construcción entre los expositores y la organización. Sin todos ustedes, esto no habría sido posible. Los contenidos y la experiencia la pusieron ustedes y nuestros invitados nacionales e internacionales.

Edith y Steffano, con su larga experiencia aportaron con conceptos y metodologías, que sin duda enriquecerán nuestro quehacer. Ambos, de una sencillez impresionante, compartieron con nosotros el momento del rescate del último minero. Se sentaron frente a un televisor y con infinito respeto y emoción, creo yo, asistieron a este momento histórico junto a nosotros. Esa sensibilidad, esa capacidad de sintonizarse con lo que ocurre a su alrededor, aún cuando no los toque directamente, es parte de lo que los une a ellos con cada uno de nosotros, que por varias razones -ahora sabemos que entre ellas la de haber sido terapeutas fracasados en nuestras familias de origen- elegimos acercarnos a lo sistémico-contextual como una opción epistemológica para pensar y trabajar desde ahí.

La organización de estas jornadas, como cualquier otra experiencia bien aprovechada de la vida, nos deja importantes aprendizajes que servirán para futuras jornadas. Aprendizajes de todo lo bueno vivido y lo que resultó como esperábamos o mejor de lo que esperábamos, pero también aprendizajes de aquello que no fue como quisiéramos. Fundamentalmente hubiésemos querido que la convocatoria fuese mayor, y que más profesionales tuvieran el privilegio que cada uno de nosotros tuvo de nutrirnos de tanto trabajo de gran calidad. Tenemos el desafío por delante de lograr conciliar de mejor manera la accesibilidad con mantener los estándares de calidad en lo operativo y académico.

Tendremos tiempo para hacer un balance de lo que han sido estos días y seguir pensando respecto de cómo seguir adelante. Para ello convocamos a otras instituciones previamente a las jornadas, con la idea de iniciar un proceso de diálogo que esperamos sea fructífero en cuanto a construir redes entre quienes estamos en algún lugar de la gran órbita de lo sistémico. Así, las sextas jornadas podrán hacerse una realidad en algunos años más…esperamos que no doce.

Llegó el momento de la despedida y como cualquier despedida. (después de tener una experta en duelo con nosotros, que nos recuerda incansablemente la importancia de que los círculos se cierren)..como cualquier despedida, debe centrarse en la gratitud y lo dado, además de lo que termina o se pierde.

Quiero pedirle a Carolina Bozzo, que suba al escenario.

Gracias Carolina a ti y a Capsis, pues con tu experiencia y sabiduría siempre nos alentaste en los momentos difíciles y nos recordaste el espíritu de equipo fundamental para hacer bien y amablemente las tareas.

Quiero agradecer a Freddy Orellana del Instituto Humaniza quien con su laboriosidad y espíritu reflexivo sacó adelante un montón de detalles.

A Mauricio Arteaga, decano de la facultad de Psicología de la UAH, quien no nos puede acompañar hoy porque debió viajar a España a acompañar a su señora que con 6 meses de embarazo fue a rendir su examen de doctorado. Mucha suerte para ellos y gracias a Mauricio que puso a disposición de estas jornadas no sólo los recursos operativos de su escuela, y a sus alumnas que nos acompañaron en todo momento para que esta jornada funcionen de la mejor manera, sino la visión política imprescindible para emprender una tarea de esta naturaleza.

A Claudia Lucero, quien desde la Universidad de La Frontera en Temuco, trabajó incansablemente como coordinadora del comité científico para recibir, seleccionar y organizar cada uno de los trabajos que formaron parte de lo que vimos estos días. Si a alguno de ustedes les llegó demasiadas veces un correo de Claudia….bueno, así logró que todo funcionara.

A Alejandra Martínez, quien se incorporó al trabajo en la etapa más intensa y que con su experiencia en la organización de eventos fue un apoyo fundamental para mí y para la comisión.

Quiero dar las gracias especialmente a Fabiola Meneses, la secretaria general de las Jornadas y en su nombre a todas las secretarias que apoyaron esta labor. Fabiola con su incansable dedicación, su tranquilidad para enfrentar las innumerables dificultades que se presentan en la organización de cualquier actividad de este tipo y la dulzura con que se relaciona con las personas..ha sido la piedra angular de este evento. Fabiola, las Quintas Jornadas tienen su sello.

Por último, quiero agradecer al Directorio del Instituto Chileno de Terapia Familiar la confianza depositada en mí para representar a esta institución, a la que tanto quiero, en esta actividad. Por creer que era un sueño posible y que tendría la capacidad de aunar el trabajo de diferentes instituciones y de profesionales de gran prestigio en una labor mancomunada para aportar más allá de cada una de nuestras instituciones.

Me despido en nombre de esta Comisión y espero que nos encontremos en unos pocos años más, más grandes, con más experiencia, pero con el mismo espíritu de aprender unos de otros y de disfrutar juntos. Sugiero, tomar clases de cuecas bravas desde ya.

Un abrazo y los dejo con 2 minutos de música para cerrar con una hermosa canción.

Ps. Claudia Cáceres P.
Presidenta
Quintas Jornadas Sistémicas