domingo, 13 de noviembre de 2011

Formación de Terapeutas Familiares y de Parejas en el Instituto Chileno de Terapia Familiar.

Cada año que termina es un nuevo comienzo: Hay grupos de formación que se despiden luego de dos años de intenso trabajo y simultáneamente nos abocamos a recibir las postulaciones de los nuevos psicólogos y psiquiatras que quieren formarse como terapeutas de familias y parejas. Cada año es un desafío mayor, pues el escenario de la oferta académica de Post-titulo es muy diferente a aquella de 1983 cuando había sólo una institución, además de la nuestra, que se aventuraban en formar terapeutas en el modelo sistémico.

Preparando el ingreso para el año 29 del IChTF, volvemos a pensar en la pregunta acerca del “sello” de la formación que entregamos. Esta vez queremos compartir -con quienes han pasado por nuestras casas y con quienes buscan formarse y deben elegir entre variados programas, con diferentes historias y énfasis- aquello que creemos es esencial que conozcan si quieren elegir vivir la experiencia de formarse como terapeutas de nuestro instituto.

El IChTF es una Corporación de derecho privado sin fines de lucro que nace con el objetivo de difundir el modelo sistémico en Chile. Surge en el contexto de un momento muy dificil en la historia de nuestro país, como un espacio de libertad de pensamiento sustentado en el respeto por la diversidad, la tolerancia y los derechos humanos. Esta impronta se ha plasmado en la forma de plantear la docencia y la clínica hasta la actualidad.
Desde entonces, buscamos que nuestros programas se vinculen a la realidad. Valoramos los aportes de los maestros históricos, abordamos las temáticas generales de la teoría y la práctica sistémica e incluimos los temas de las familias y las parejas de hoy. Entregamos herramientas para que los terapeutas se desenvuelvan con las familias y las parejas en contextos privados, pero también nos interesa que conozcan modelos de trabajo desarrollados en nuestra institución en el trabajo con familias vulnerables y en situación de exclusión social.

Abordamos la diversidad de las formas de vida en familia y pareja, desde la diversidad de miradas que son posibles bajo el título de “sistémicos”. Nuestros alumnos tienen la tarea de ir integrando esas diferentes miradas y construir sus miradas propias. No siempre es fácil esta tarea y toma tiempo. Pero, en la diversidad que honramos, podemos identificar un aspecto esencial que nos interesa a todos y que se plasma en el trabajo de los equipos clínicos y docentes del instituto: Las relaciones entre las personas en contexto.
Aspiramos a que nuestros alumnos comprendan y a que sus prácticas clínicas den cuenta de una mirada contextual-relacional. Esto significa leer los procesos de las personas en términos de las relaciones en sus múltiples contextos: históricos, sociales, ideológicos, familiares, etc. Cada cual le pondrá a estos procesos diferentes contenidos desde algunas especificidades conceptuales que incluyen lo intersubjetivo, lo narrativo, lo estratégico, lo estructural y otros que aportan los distintos docentes que participan en la formación.

Entonces, a la formación en la diversidad y el pluralismo como parte esencial del sello IChTF, debemos agregarle un segundo y fundamental aspecto que ha estado presente en los programas durante estos 28 años : El trabajo con y desde la persona del terapeuta.

Es cierto que hoy cualquier programa que aspire a ser reconocido por la Comisión Nacional de Psicólogos Especialistas en Psicoterapia debe contar con algunas horas de trabajo de autoexploración de los terapeutas, o en su defecto, con el equivalente en horas de psicoterapia personal de los alumnos. Para nosotros la inclusión de este trabajo es un núcleo fundante que integramos de distintos modos y con diferentes énfasis en todos los espacios de la formación y entrenamiento. Nos ubicamos en el continuo de los tipos de entrenamiento en psicoterapia en el punto que integra los aspectos técnicos y los aspectos personales como pilares indisolubles de la práctica clínica.

Que el observador está en lo observado y que la realidad es una construcción relacional en la que estamos incluidos indefectiblemente nos obliga a mirarnos y a conectar nuestras fortalezas y debilidades como terapeutas con nuestra propia historia y con nuestras situaciones de vida actuales. Tenemos la convicción de que trabajando esas conexiones podemos convertir nuestras heridas y nuestros recursos en herramientas útiles para acompañar a otros en el camino del crecimiento y de la construcción de historias que les permitan salir de las pautas de sufrimiento en que se han enfrascado.

Nuestra formación es exigente, demanda tiempo y un compromiso que va mucho más allá de lo académico. La formación es en un sentido, una experiencia transformadora en lo profesional y en lo personal. Así lo manifiestan quienes han hecho este camino. Eso, nos enorgullece y nos desafía.

Parte de los desafíos es que hemos optado por mantener esta formación como una formación eminentemente clínica. Hemos tomado el riesgo de diferenciar la obtención de grados académicos y la formación académica del entrenamiento clínico. Queremos que nos elijan peferentemente quienes aspiren a ser y desempeñarse como terapeutas sistémicos, pero no queremos dejar de lado a quienes desean aprender y entrenarse en el enfoque para aplicarlo a otros campos de las ciencias sociales, así como a quienes desean integrar la clínica con la docencia y la investigación. Por eso, diseñamos caminos junto a la Universidad Alberto Hurtado para que quienes quieran complementar el entrenamiento clínico con la investigación y la academia lo puedan hacer.
Estos caminos nos permiten perseverar eb ofrecer un post-título para quienes quieran convertirse en terapeutas de familias y parejas para aportar en los diferentes campos clínicos y psicosociales en que la mirada sistémica-contextual-relacional hace una diferencia sustancial, con el sello de la diversidad y la integración técnica y personal: El sello IChTF.
Formamos un cuerpo, un paisaje creado a partir de múltiples colores, al que cada uno aporta su especial pincelada en un proceso creativo que incluye el arte de los primeros y los trazos de las nuevas generaciones.
Ps. Claudia Cáceres P.
Instituto Chileno de Terapia Familiar