jueves, 25 de junio de 2009


¿Es el SINDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL un concepto sistémico?
Ps. Pamela Soto.
Miembro Unidad Terapia Familiar en Procesos de Separacion y Familias Ensambladas. IChTF.

La reflexión acerca del lugar que los hijos tienen en los procesos de separación de sus padres, así como los cuestionamientos e interés por la particular vivencia y participación de los hijos en los procesos de toma de decisión en los que se ven involucrados a partir de separaciones o divorcios destructivos, ha sido un constante ejercicio en nuestro equipo de trabajo clínico. Es así, como en el último tiempo, nos hemos visto interpeladas desde el punto de vista profesional, ante la potencia que adquiere en el discurso mediático y en gran medida, también en el mundo judicial, una construcción teórica acuñada por Gardner a mediados de los ochenta: el síndrome de alienación parental (SAP).

El SAP, da cuenta de una de las explicaciones posibles respecto del fenómeno de desvinculación parento-filial que se asocia a procesos de separación -o divorcio- destructivos, y que en tantas ocasiones hemos observado en nuestra práctica clínica. Cuando el conflicto post conyugal termina por involucrar gravemente a los niños, éstos pasan a ser “moneda de cambio” o se ven obligados a “izar la bandera” de uno de los dos progenitores en pugna, afectando la relación con el otro padre. Es cierto que en algunas ocasiones esto deriva en una desvinculación paterno- filial, por cierto injustificada, pues responde muchísimo más al conflicto entre los padres que a impedimentos de uno de ellos para el ejercicio de la parentalidad. Esto, con el consiguiente daño para el niño.

Gardner describió ampliamente las formas que adquiría este proceso de desvinculación aportando una visión novedosa acerca de esta situación. Sin embargo, en nuestra práctica, los desarrollos respecto del SAP en muchas ocasiones no nos permitían miradas sistémicas de este proceso, nos quedaban preguntas respecto de los roles que otros actores cumplían en la desvinculación y cómo personas –habitualmente razonables- llegaban a privar a sus hijos de la cercanía de un progenitor o qué hacía a un progenitor perder todo deseo de comunicación y relación con sus hijos.

En la búsqueda de respuestas a nuestras interrogantes, varios autores que se refieren a esta desvinculación han sido lectura obligada. Pero es en la lectura de “Hijos alineados y Padres alienados. Asesoramiento e intervención en las rupturas conflictivas” -de Ignacio Bolaños, psicólogo forense español (1) en que observamos, por primera vez de manera más sistemática, el acercamiento a una mirada relacional del fenómeno. Si bien es cierto en esta lectura no se contestaron todas nuestras preguntas, ni encontramos un modelo completamente satisfactorio –desde el punto de vista sistémico- respecto del proceso de desvinculación, puede decirse que encontrar otros cuestionamientos similares a los nuestros de manera más organizada, fue un fuerte estimulo para el desarrollo de una mirada comprensiva propia de estos procesos de desvinculación parento-filial, desde el quehacer clínico y en el contexto de nuestra particular posición teórica sistémico relacional.

En la revista Familias y Terapias (2) del Instituto Chileno de Terapia Familiar hicimos una reseña en relación con este artículo de Bolaños, que muestra la manera en que el autor destaca la participación, tanto en la gestación como en el desarrollo del Síndrome de Alienación Parental (SAP), de los distintos miembros de la familia, poniendo de relieve la dinámica relacional que mantienen entre ellos e incluyendo al sistema legal, en que se encuentra inmerso el sistema familiar. Al mismo tiempo, es posible observar en el texto de este autor una mirada en la que el progenitor alienado –rechazado en palabras de Bolaños- y los hijos adquieren un mayor protagonismo. De esta manera, a nuestro entender, se ofrece a lo largo del artículo una mirada de mayor complejidad respecto a las conceptualizaciones desarrolladas por Gardner y otros autores, que suelen presentar el SAP bajo una mirada lineal, en la que el progenitor alienante aparece como el promotor del síndrome, el otro progenitor como víctima y el niño como un sujeto que padece esta patología. Específicamente, Bolaños enuncia la importancia de incorporar factores personales, familiares y legales, reconociendo al SAP como un “síndrome familiar” en el que los participantes poseen una responsabilidad relacional, al mismo tiempo que se introduce el contexto legal y su particular cultura.

Para nuestra unidad, USEP, los procesos de separación y divorcio pueden desarrollarse de distintas maneras y una de ellas es la destructiva, que sucede cuando el conflicto post conyugal se vuelve crónico en las que el duelo por la separación conyugal se ha congelado. De esta manera, sostenemos que cuando el desarrollo de la separación asume estas características destructivas, el funcionamiento de los distintos ejes relacionales: parental, parento filial y fraterno, se encuentra interferido por el conflicto post conyugal. La relación parental en esos casos, no permite la necesaria coordinación y cooperación para el desarrollo de los hijos, el eje fraterno deja de funcionar con la autonomía requerida y el parento filial puede dar paso a relaciones de maltrato. Así, la interferencia del eje post conyugal en el eje parento-filial -en este contexto de beligerancia entre los padres- puede dar paso a esta forma de desvinculación que se describe como SAP. La desvinculación parental es a nuestro juicio el resultado de la incapacidad de resolver los conflictos entre los excónyuges, situación que se manifiesta en un conflicto en la parentalidad que es construido por ambos padres, quienes asumen formas de participación diferentes y que no sería posible sin la involucración de ambos. Esta dinámica constituye una forma grave de maltrato hacia los hijos, quienes terminan irremediablemente participando.

Ahora bien, al observar la manera en que los distintos miembros se encuentran implicados en este fenómeno, hemos podido consignar que los niños, aunque actores relevantes y protagónicos, no poseen la misma responsabilidad relacional que los adultos, es imposible para nosotros pasar por alto la variable poder, el que en muchos casos está inequitativamente distribuido en las familias. Esto que ha sido señalado ampliamente en lo referido a las relaciones de género, es también cierto para las distintos grupos etáreos, así como para los distintos lugares que los sujetos ocupan en las familias. Los niños y los hijos, tienen menor poder al interior de la familia y esto se traduce en primer lugar, en acceso a menos información o información parcial –obtenida fundamentalmente de uno de los progenitores- y también en un menor protagonismo en las tomas de decisiones, las que de cualquier modo, muchas veces que se hacen sobre la base de esta información fragmentaria o escasa.

El trabajo terapéutico realizado en la USEP se orienta principalmente a favorecer una reorganización familiar, en que las necesidades filiales puedan encontrarse satisfechas. En este sentido, los hijos son protagonistas, ahora en un sentido distinto que en el SAP, no son entes que padecen una patología sino actores privilegiados que en una situación de poder desigual han quedado atrapados en situaciones de dolor que representan un daño desde el punto de vista psicológico y –para hacer referencia al lenguaje legal que suele poblar este tipo de casos- una vulneración de sus derechos. Aun seguimos buscando encontrar las señales, oportunidades y puertas que permitan entrar en el entramado de relaciones, para lograr la visibilización del niño, que en esta reflexión en torno a la mirada sistémica del SAP (o, como le hemos llamado, proceso de desvinculación parento filial en el contexto de un divorcio destructivo) es el objetivo primordial. Para esto es necesario distinguir aquello que pertenece al mundo de lo conyugal respecto del mundo de los padres y por sobre todo buscando favorecer nuevas formas de relación, libres de violencia, donde la conducta belicosa de los padres- ex conyuges- disminuya y donde puedan lograr a lo menos una coparentalidad mínima que permita el desarrollo integral de sus hijos.

(1) http://sindromedealienacionparental.apadeshi.org.ar/congreso_de_psicologia_juridic.htm

(2) Ps. Carola Gana V., Ps. Claudia Manhey S. y Ps. Pamela Soto V. (2008): “Hijos alineados y Padres alienados. Asesoramiento e intervención en las rupturas conflictivas”. En Revista de Familias y Terapias, N°25.