lunes, 7 de mayo de 2012

Discurso inaugural Seminario Silvia Giliotti


"Llamé, llamé como la náufraga dichosa
a las olas verdugas
que conocen el verdadero nombre
de la muerte.
He llamado al viento,
le confié mi deseo de ser.
Pero un pájaro muerto
vuela hacia la desesperanza
en medio de la música
cuando brujas y flores
cortan la mano de la bruma.
Un pájaro muerto llamado azul.
No es la soledad con alas,
es el silencio de la prisionera,
es la mudez de pájaros y viento,
es el mundo enojado con mi risa
o los guardianes del infierno
rompiendo mis cartas.
He llamado, he llamado.
He llamado hacia nunca."

Alejandra Pizarnik, Peregrinaje

Alejandra,  la poeta maldita, pasó los cinco meses finales de su vida en una clínica psiquiátrica, donde acabó por vivir de noche, fumando, escribiendo, y tomando psicotrópicos.  Murió el 25 de septiembre de 1972, durante un fin de semana en su departamento, de una sobredosis.

Como ella, son muchas las personas que deciden  morir voluntariamente. Por alguna razón, a través de los años, cada vez son más quienes toman esta decisión. Independientemente de la época, el lugar, la forma o las razones, siempre es un hecho duro, que duele,  que despierta encontradas emociones, que perturba, que cuestiona, que interpela.   (seguir leyendo)

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