lunes, 6 de septiembre de 2010

En torno al accidente en la mina San José

El derrumbe de la mina San José, con sus 33 mineros atrapados, ha causado conmoción a nivel nacional e internacional. Ya pasado un mes del accidente con ellos vivos, se trabaja en el rescate definitivo.

Llama la atención el trabajo en equipo desplegado, la innovación, la búsqueda de alternativas creativas para ayudar a los atrapados y a sus familiares. Quizás pocas veces hemos presenciado cómo los distintos sistemas (individuos, familias, personal de la mina San José, Ministerio del trabajo, de Salud, etc.), han debido interactuar en forma organizada, flexible y fuera de sus contextos habituales.

Lamentablemente pareciera ser que sólo cuando nos enfrentamos con la emergencia de un drama humano como el de la mina San José, en que había alta probabilidad de encontrar muertos a los mineros, somos capaces de articularnos de un modo coordinado y eficiente, lo que no es usual en nuestro país.

La pregunta que cabe es cómo podemos desarrollar un trabajo integrado en equipo con distintas instancias e instituciones que permitan no sólo poder apoyar en situaciones de crisis, sino también en la planificación y prevención, aportando la experiencia de años de trabajo con familias y otros sistemas.

En este caso en particular, se puede buscar la forma de colaborar en la elaboración de la experiencia vivida a nivel personal y familiar, tanto de los mineros atrapados, como de sus familiares. Sabemos de la necesidad de elaborar esta vivencia traumática para que puedan continuar con su vida en forma sana.También podríamos colaborar facilitando el proceso de re-inserción familiar. Estas y otras acciones forman parte de nuestro quehacer como terapeutas familiares.

El tema es ¿cómo podemos aportar como institución?. Dando indicaciones a distancia, supervisando a otros equipos, sumándonos a otros profesionales de la salud mental. La pregunta no es sólo relativa al accidente en la mina San José, sino que nos abre un campo de acción-intervención con otros sistemas-instituciones.

Cabe pensar si queremos intervenir en otros contextos, no sólo en el espacio de las consultas. El derrumbe de la mina San José ha dado cuenta de la precariedad en múltiples nivles que existe en nuestro país. También el terremoto nos lo recordó hace poco. La situación que se está viviendo en el norte es un ejemplo de que se pueden coordinarequipos inter y multidisciplinarios, en post de un logro mayor.

Sin embargo, ojalá no fuera sólo en las urgencias que nos movilizáramos. Saber que detrás de dramas como el de la mina San José existían debilidades y déficits en el funcionamiento previo, no abordados con antelación. Desde esta situación, también constatada en los talleres realizados al personal de salud en razón del terremoto-maremoto, quizás podamos reflexionar acerca de cómo ampliar los aportes que a nivel individual, de las unidades de especialización y como institución podemos realizar a la salud mental y familiar de los chilenos.Pudiera ser a través de asesorías, tabajos de planificación preventiva, intervenciones familiares, grupales, y otras que podamos construir en conjunto, para de este modo contribuir a instalar conductas de autocuidado personal, familiar e institucional tan escasas en nuestro país.

Ps. Susana Chauriye Aguad

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