lunes, 22 de julio de 2019
Desafíos de las parejas en la etapa de Crianza
¿Estará la pareja humana actual más constituida sobre el
erotismo y la sexualidad que en otras etapas de la historia, siendo esto la más
esperada y más frágil condición de una pareja?
La naturaleza del emparejamiento tiende a la reproducción,
para eso estamos determinados biológicamente. Desde ahí nacen los hijos/as,
para que la especie sobreviva, y con ellos el gran desafío del ser humano
actual. ¿Cómo lograr la suficiente adaptación a las múltiples demandas
laborales, sociales, tecnológicas, mantener la satisfacción afectiva
dentro de la pareja y compatibilizar todo esto con las tareas que implica la
crianza?
Al tener un hijo se abre una inmensa compuerta de amor
desconocida y una gran carga de trabajo. Los miles de esfuerzos y recursos que
es necesario activar para su cuidado son inconmensurable e inmedibles.
Y ahí comienza el desafío de la pareja. ¿Qué tiene que ver
gustarse con pagar cuentas, sentirse postergado, estar asustado, cansado y
siempre demandado de atención?
La construcción y el cultivo del vínculo con un hijo o hija
es una exigencia y también un acto creativo constante, ellos siempre van un
paso adelante y los padres van detrás aprendiendo a desplegar habilidades para
adaptarse a su desarrollo.
Quienes lo logran son capaces de postergar sus necesidades
inmediatas porque la urgencia de los requerimientos de los niños es mayor.
Confían en el otro y lo ven como una persona que aporta conocimiento,
experiencia, intuición, responsabilidad y amor.
El compromiso, y por lo tanto el apego, se siente como algo
compartido donde se valora la compañía y el acompañamiento. Surge la
complicidad en torno a un otro que se les parece y en el cual se reflejan, pero
que al mismo tiempo tiene tanta identidad propia.
La oportunidad de disfrutar el desarrollo de los hijos e
hijas, su lenta y milagrosa adquisición de funciones, se puede ver interferida
por la frustración y el conflicto que genera
no sentir al compañero/a a la altura de las circunstancias en capacidad
de empatía, generosidad, postergación, trabajo. Donde la frustración genera
sentimientos de rabia y el conflicto una desilusión que lleva al
distanciamiento. El rol de padre revela aspectos desconocidos de la pareja y
surgen nuevas necesidades que se hace necesario negociar.
El nacimiento de un hijo/a conlleva una serie de
movimientos; hacia el mundo externo por la necesidad de cubrir salud y
educación, hacia el mundo interno desde el desarrollo de las habilidades
parentales y hacia el mundo social por todo lo que ellos traen a muestras vidas
durante su crecimiento.
Todos estos cambios y exigencias de adaptación son los
desafíos que la pareja tendrá que sortear para vivir esta experiencia como una
etapa, aunque, demandante, nutritiva y llena de novedades.
Ps. Antonia Raies R.
maraies@puc.cl
Instituto Chileno de Terapia Familiar.
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